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¡Hola a todos! después de mi primera entrada sobre planes con niños, hoy vuelvo al blog para contaros otro plan que podemos hacer con niños de todas las edades. En ésta ocasión hemos visitado la finca El Borril, en el término municipal de Polán (Toledo).  

¿Y qué es El Borril?

Pues El Borril es una finca de más de 400 hectáreas que estuvo dedicada a la ganadería, pero que actualmente (desde 2011) constituye un Refugio de Fauna, y se usa con fines educativos, para dar a conocer a escolares y público en general las características del entorno y la fauna y flora que lo componen. El Borril es visitado entre semana por muchos colegios y grupos organizados. Pero también abre sus puertas los fines de semana y ofrece para toda clase de público aula de la naturaleza, visitas al colmenar, rutas de senderismo, etc. En nuestro caso, fuimos como actividad del A.M.P.A. del colegio de los peques. El objetivo de la visita es conocer el ecosistema, el bosque mediterráneo. Saber más de su flora y fauna, y de sus problemas de conservación. Si queréis saber más sobre las actividades que se pueden realizar en la finca podéis echar un vistazo a la web de la Diputación de Toledo donde tenéis toda la información. La entrada es gratuita. Lo único es apuntarse con antelación para reservar plaza, porque los grupos que acceden al recorrido deben ser limitados. La visita, como en cualquier ambiente al aire libre, es mejor hacerla en primavera o en otoño, para no pasar demasiado calor o demasiado frío. Estamos en plena naturaleza, así que más que nunca, calzado y ropa cómodos, agua, crema solar, etc. ¿Se puede ir con carrito? Sí, aunque en un par de ocasiones habrá que dejarlo aparcado y seguir a pie. En caso de que el bebé/niño vaya dormido, uno de los padres puede quedarse con él mientras el otro continúa, y luego cambiar. Para nosotros ésto no fue un problema. Y también hay que tener en cuenta que no vamos a un zoo. Vamos a ver animales autóctonos de la zona inmersos en su hábitat natural. Es decir, que vamos a visitar a los animales a su casa. Debemos extremar el cuidado y respeto por la fauna y el ambiente. Procuraremos no hacer ruido, no molestar a los animales de ninguna manera, y por descontado no ensuciar, no tirar desperdicios, colillas ni ningún tipo de deshecho. ¡Así que ojito! (fin de la regañina 😉) Al llegar a la finca nos encontramos a la derecha un edificio grande donde está el Centro de Interpretación de la Comarca de los Montes de Toledo, que visitaremos en último lugar. A la izquierda tenemos un edificio pequeño donde se encuentran los aseos, y una zona de parking sin asfaltar pero muy amplia y accesible. También hay una zona de descanso donde iremos después de la visita, con mesas grandes y bancos para comer y beber.    
Comenzamos la visita
El Borril cuenta con varios guías, porque los grupos que atraviesan la finca visitando las zonas deben ser pequeños, así que nos dividimos en grupos y comenzamos la visita. Empezamos siguiendo la senda ecológica mientras el guía nos iba explicando cosas sobre la zona, el tipo de fauna y flora que podemos encontrar, el tipo de uso que se hace de la finca, etc. Me pareció que todo estaba muy bien señalizado. Y empezamos a ver los primeros animales: zorro, conejos, ciervos… En cada punto existen paneles con información y una serie de objetos que nos ayudan a conocer a cada animal. Huesos, las siluetas de las huellas, incluso excrementos, para regocijo de los peques. Las explicaciones de nuestro guía me parecieron muy entretenidas y divertidas para los niños. A algunos animales, como el zorro, no podemos acercarnos mucho, pero en el caso de los ciervos tuvimos suerte, ya que no fueron nada tímidos y se nos colocaron justo al lado.     Según proseguimos el recorrido, nos enseñan también datos curiosos de la flora de la zona. Como el caso del torvisco, un arbusto venenoso que ha sido usado desde la Prehistoria de maneras de lo más curiosas. O los yesqueros, unos hongos que crecen en los árboles y que se usan tradicionalmente como yesca, es decir, para prenderlos con una chispa y hacer fuego.     Seguimos caminando, cruzamos un riachuelo y vemos las cabras montesas, los jabalíes, la gineta, etc. Siempre me alucina ver a una manada de cabras trepando por las piedras como si tal cosa, sin resbalarse. Y la gineta me pareció muy bonita. Pudimos verla muy de cerca.     En la finca también hay una charca donde habitan diferentes especies de aves, como ánades, cigüeñas o gansos, y también podemos encontrar sapos y galápagos. Y llegamos a la colmena. El Borril cuenta con varias colmenas, y los visitantes tenemos opción de ver una de cerca, ya que cuenta con un cristal de seguridad a través del cual podemos ver a las abejitas sin peligro. Esta parte me encantó, y también nos contaron cosas muy interesantes de las abejas, como el papel que juegan en el mantenimiento de los ecosistemas y la necesidad de protegerlas.     Terminamos esta parte del recorrido viendo codornices y otros muchos animales que no estoy nombrando, porque son muchos y variados y si hablara de todos tendríais entre manos un texto interminable. Además, no quiero descubriros todo lo que podéis encontrar, tenéis que venir a verlo con vuestros propios ojos. Los lobos en particular causaron sensación, pero todos son interesantes, y el verlos en su propio hábitat hace que seamos más conscientes de la importancia de los ecosistemas como un todo, y la necesidad de proteger estas zonas.   Volvemos a la zona de los aseos y es el momento de hacer un descanso. Así que nos sentamos en una mesa del comedor y sacamos nuestros víveres. La zona de las mesas me pareció un acierto, porque está bajo techo, de modo que puedes comer tranquilo a salvo de la lluvia o del sol, y no es un espacio cerrado, de modo que está bien ventilado y en nuestro caso corría una suave brisa primaveral de lo más agradable, jeje.    
Granja de animales domésticos y acuaterrario
La segunda parte de la visita tiene lugar en el edificio del Centro de Interpretación. Cruzamos un patio muy cuidado y llegamos a la parte del fondo, donde podemos encontrar unas amplias jaulas con gallinas, pavos, pavos reales… y un espacio para tortugas, con agua y plantas. Desde aquí podemos acceder al acuaterrario, una gran habitación con habitáculos para anfibios y reptiles, como sapos, salamandras, ranas, culebras… Los niños tuvieron ocasión de sostener un sapo enorme, y de tocar una tortuga, cosa que les encantó.       Y para terminar, nos hicieron un regalito: una gorra y un librito súper chulo con mucha información sobre los animales y las plantas que hemos visto, y pasatiempos al final. Las ilustraciones me parecen preciosas, y el diseño claramente está dirigido a niños. ¡Me ha encantado!     Desde aquí quería agradecer a los guías de la finca su profesionalidad y su paciencia, que no es fácil tenerla cuando se trata de manejar a un grupo de niños pequeños, por no hablar de los adultos que también tenemos lo nuestro 😅. ¡Muchas gracias! En definitiva, la visita a El Borril es una ocasión perfecta para disfrutar de la naturaleza y ver animalitos, pero sobre todo para conocerlos un poco mejor, para aprender dónde y cómo viven, y comprender por qué hay que cuidarlos y respetar su entorno. ¡Si tenéis ocasión de ir no lo dudéis! ¡Hasta pronto! el borril

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